El Sacramento de la Sagrada Eucaristía fue instituido como una comida, un alimento espiritual. Es por eso por lo que la señal externa de este sacramento, las apariencias de pan y vino, es un signo de alimento, al igual que en el bautismo, el signo externo es el agua, un signo de limpieza. La acción por la cual nosotros, como individuos, recibimos la Santa Eucaristía es un acto de comer. Nos alimentamos de pan y vino bajo los cuales Jesús está presente. Esta es la acción que llamamos la Sagrada Comunión.

Como dice la sección del catecismo sobre la Sagrada Comunión y la Eucaristía:

El Señor nos hace una invitación, instándonos a recibirlo en el sacramento de la Eucaristía: “En verdad, te digo, a menos que comas la carne del Hijo del Hombre y tome su sangre, no tienes vida en ti. ” [JN 6:53] (_Catecismo_, 1384)

1324 la Eucaristía es “fuente y culmen de toda la vida cristiana” (LG 11). “Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua” (PO 5).